jueves, 16 de octubre de 2014

Subterránea Ed.19

Vuelve a las ondas de Radio Monasterio "Subterránea" el programa de Daniel Lozano que en cada nueva edición te descubre joyas sepultadas por el paso del tiempo. Un salto atrás en el tiempo para descubrir o redescubrir la mejor música de los años 60 y 70.

  Recuerda que puedes descargarte este podcast y todos los programas de Radio Monasterio desde este mismo blog.

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"Camel" uno de los grupos presentes en esta nueva edición de Subterránea.

viernes, 10 de octubre de 2014

Hay asesinos, hay artistas, hay asesinos artistas

Un día vi un cartel de esos que rezaban: “tortura, ni arte ni cultura” o “esto no es arte, es tortura”. Y pense: pobre arte, que ha hecho para merecerse semejante mancilla a su buen nombre.
Y con “buen nombre” me refiero a aquel que se utiliza no por un mero capricho del que vomita fonemas o caga caracteres impresos, sino como elemento referencial y comunicador por excelencia. No son pocos los filósofos (casi todos ya han conocido a un tal Q.D.E.P.) a los que les obsesiona el asunto, entre ellos estaba un tal Ludwig Wittgenstein. No voy a detenerme pormenorizadamente en el pensamiento de este caballero, está en las bibliotecas electrónicas y analógicas. Además, queda más chulo poner una cita de internet para interpretarla como a mí me parezca, e incluso con suerte enredar a algún docto troll, sempiternos. Para esta empresa me sirve esto: "La filosofía es una lucha contra el embrujamiento de nuestra inteligencia mediante el uso del lenguaje." Este hombre buscaba claridad, y sé que no es intencionado, pero con carteles como estos hacemos todo lo contrario. Vivimos sino embrujados, engañados.
Los que son de ideología por fascículos ya estarán odiándome, pero sólo porque no han tenido paciencia de esperar a la última entrega. Aquí pongo el ejemplo de este cartel antitaurino como paradigma de una forma de expresarse muy común entre los comunes que consigue hacer que termines no expresando ni comunicando un mojón. ¿Por qué la tortura no es arte? ¿Por qué nos empeñamos en adjudicarle categorías morales a términos que jamás lo tuvieron? Por supuesto que el arte puede llevar asociado una carga moral, pero puede ocurrir que lleve una inmoral, o directamente no tenga ningún tipo de interpretación bajo el prisma deontológico. Jamás comulgaré con aquellos ilustres individuos que van por los museos y fuera de ellos, diciéndonos a los demás lo que es arte y lo que no lo es, convirtiendo todo lo que tocan en una especie de anuncio de compresas edulcorado, como si el mero hecho de decir que algo es arte supone inmediatamente el estar de acuerdo con esa forma concreta de expresión.
Al grano: que un torero sea un asesino o un torturador, no quita que también sea un artista en el desempeño de su labor. Que no se nos despiste algún iluminado, no pretendo defender al torero, sólo soy un humilde defensor del lenguaje, y a pesar de que esto es una causa perdida, el que haya un andante más que asome la cabeza por encima de este mar de confusión supone cuanto menos una pequeña victoria.
También pueden serlo los asesinos de personas, y a sazón se explayó un tal Thomas de Quincey al respecto en Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes. Aquel asesinato que supone una transgresión mágica qué suspende el tiempo y crea un mundo diabólico. Y así, ad infinitum, gente entregada a su misión, hacer daño de las formas más imaginativas y retorcidas posibles.
Alguno pensará que lo importante es el mensaje, y que lo de menos es la forma. Nada más lejos de la realidad, ¡si precisamente el mensaje es también formal, Mon Dieu! Luego pasa lo que pasa, nos encontramos en la TV a emetófilos profesionales defendiendo que aquella vileza es arte, y con razón. Y lo de los monólogos cruzados, esas discusiones de besugos hablando de la vacuidad de lo vacuo da para un par de artículos de mofa…en otra ocasión tal vez.
No digo que cambiando nuestra forma de referirnos al problema terminaríamos con este, pero ya tendríamos algo ganado, o pescado. En plan: De acuerdo, el toreo es un arte, es una tradición. Pero también es inmoral, es injustificable, es cruel. La tortura también fue un arte y una tradición con la Inquisición, ¿eso le da mayor legitimidad? Su argumento es mierda santa, no se sostiene. Que algo sea tradición es así precisamente porque las cosas dejan de serlo en algún momento. En cuanto al arte, hay snaff movies que se acercan a algún que otro manifiesto vanguardista. El toreo es algo condenado al olvido, sean tan nostálgicos como los aficionados a los barcos de vapor, pero dejen a los animales pacer en paz.
Para terminar, me remito a las palabras de Lactancio, un romano de esos de los gladiadores, todo muy tradicional y antiguo, va dedicado a los futuros nostálgicos: “Ahora bien, si sólo por hallarse presente en un asesinato se adquiere la calidad de cómplice, si basta ser espectador para compartir la culpa de quien perpetra el crimen, resulta innegable que, en los crímenes del anfiteatro, la mano que descarga el golpe mortal no está más empapada de sangre que la de quien contempla el espectáculo, ni tampoco está exento de la sangre quien permite que se derrame, y quien aplaude al asesino y para él solicita premios, participa en el asesinato”.


Fredy Falcó es el responsable de la sección escrita Menester de Clerecía.
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martes, 7 de octubre de 2014

Zapatiburger Ed.11

¿Que por qué hemos estado tanto tiempo sin sacar programa? Porque Carlos confió que llegara el programa a nuestras manos a un perro y a un burro. Pero por fin ese perro y ese burro llegaron. Porque preguntando se llega a Roma.

Desde Los Ángeles (de San Rafael) en California llega esta Edición número Once de León Ponce de Melón a tus puñeteros oídos de la mano de Radio Monasterio, claro que si. Carlos Fornié en sus ondas señoras, ¡atiendan!